Antes te buscaba para hallar mi inspiración; eras mi sol, en un día oscuro; pero algo cambió.
Sólo trato de sacar fuera lo que ya no puede ser; aunque parezca tonto, recuerdo cada momento...
Siempre he preferido huir de ti, aunque mi verdadero objetivo era pasar desapercibida. Por cosas del pasado, nunca he sabido relacionarme con la gente: Me sentía vulnerable, y fuera de lugar, no podía confiar en nadie. Temerosa, pensaba que cualquiera podría hacerme daño en cualquier momento; estaba sola ante el hambre de las fieras, por ello trataba de no llamar la atención de nadie y, alejarme...
Nadie podía descubrirme, pero apareciste tú. Eras la persona que más temía, a quién menos quería acercarme pero, a la vez, la que más quería conocer.
Las poquitas veces que coincidíamos, hacías que pareciera tan fácil... Me hacías olvidar todo, con sólo una mirada...
El camino a clase nunca fue tan interesante y despreocupado.
Algo cursi, siempre me gustó cantar y, tú me diste la seguridad para hacerlo, delante tuya.
Jugábamos, no sé ni de qué eran los juegos, pero era tan divertido...
Mi vergüenza, mi miedo... No existían a tu lado.
Recuerdo... Una vez, entre una multitud. Mi único pensamiento era no salir corriendo; controlar mi cuerpo, para que nadie viera lo aterrorizada que me sentía, hasta que apareciste.
Más perdido que yo, buscando entre la gente un cómplice... Y viniste a mí.
Me llamaste por mi nombre, con tu impecable sonrisa, me miraste a los ojos y, yo tan vergonzosa, desvié la mirada, pero tú, que siempre me has leído como un libro abierto, te quedaste a mi lado y, dijiste la palabra justa. Miré a tus ojos, sonrojada, y ellos hicieron el resto del trabajo. Perder el sentido de la realidad nunca ha sido tan placentero, me salvaste.
Tus ojos, su poder de ver a través, es lo que más admiro y temo...
Nunca quise que vieras dentro de mí, y por eso siempre fui una cobarde.
Siento no haber podido darte lo que viniste a buscar...
Y, ahora, ninguno habla, ninguno ya siente lo mismo...
Lo que vengo a decir es que, ya es hora de ser libres y dejar de hacernos daño.
He comprendido que no se puede amar, sí no conoces a la otra persona. El miedo y el amor no son tan distintos, ambos distorsionan la realidad.
Es hora de hacer borrón y cuenta nueva.
El roce de tu cuerpo - Platero y tu
Busco una paz negociada con mis sentimientos y encuentro un vacío llenito de nada y empieza otra guerra y a cada momento...
Quiero morir, si no estás, de una muerta violenta. Creo que hoy habrá tormenta. Que no encuentro paz porque hablar a su lado no pudo. Ya se acercan las nubes.