04/11/2014

Soñadores y realistas

Está bien eso de soñar, dejarse llevar por la imaginación, escapar de la rutina, aunque estar siempre en las nubes... puede volverse algo peligroso.
Ser plenamente consciente de la existencia, centrarse sólo en lo que tienes delante, sin descanso ni tregua, impávido ante el tiempo, inmóvil... no es muy recomendable.


Siempre es mejor un equilibrio: 
Vivir en la realidad, sí, pero ser capaces de dejarla de lado, preocupaciones, trabajo, miedos, personas, etc. Como mínimo un instante, desconectar. 
Dar rienda suelta a la mente, vale, pero recordando que tenemos los pies en el suelo.

Saber que moramos este mundo, pero que, de vez en cuando, podemos evadirnos viajando a otros, sin tan si quiera movernos. 

Es el perfecto equilibrio.



"Los soñadores necesitan a los realistas, 
para impedirles volar cerca del sol,
y los realistas necesitan a los soñadores, 
para hacerles volar."


01/11/2014

Los sueños, ¿sueños son?

Soy de las personas que creen que los sueños son mensajes de nuestro subconsciente, y de hecho, varias veces he comprobado que así es.


Esta noche de difuntos, he tenido un sueño muy raro y angustioso:

Me estaba peinando, pero me podía ver toda la cabeza, como cuando peinas a alguien. Cuando percibí que había una zona de mi cabeza que tenía menos cantidad de pelo de lo normal. Con la mano, aparté el cabello para ver el cuero cabelludo, me encontré con gusanos, parecidos a las procesionarias de los pinos. Aparentemente no se movían, pero me habían hecho agujeros pequeños en la sesera. Sentí que tenía otra costra, en otra zona diferente, fui a mirar y había más gusanos, muchos... Inspeccioné toda mi cabeza, encontré más zonas despobladas con gusanos, aparentemente inmóviles, y más heridas en la base del pelo. En uno de los nidos, encontré un más grande y gordo, como la reina de las colmenas. Este rey sí se movía... ¡Me estaba comiendo el cráneo!

Me puse a limpiarme la cabeza con agua caliente y numerosos productos químicos, desesperada. Cuando termine, vi todos los gusanos en el suelo, muertos, y al gordito retorciéndose de dolor, exhalando su último aliento. Volví a mirar mi sien, estaba llena de costras y tenía muy poco cabello... Calva y llena de heridas, seguía siendo angustioso, pero lo era un poco menos que al principio.