13/02/2016

Querer llorar y no poder

Mis ojos me arden, me escuecen, siento como si unas manos los estrujaran… Es la misma presión que siento en mi pecho, la cual hace que todo mi cuerpo se estremezca; es mi corazón el que se está encogiendo sobre sí mismo, haciéndose cada vez más diminuto en mi pecho… Siento como sangra al hacerlo… Tanto reprimir las lágrimas, el llanto… Ahora creo que el que llora es mi corazón, porque debe ser así como lloran los corazones.


Estoy triste, tengo ganas de llorar pero no puedo…
Unas palabras aparecen en mi mente y se distribuyen por todo mi cuerpo para darme aliento, para que no llore, para que deje de estar triste: -“Se fuerte. No debes llorar. Sigue adelante sin mirar atrás. Lucha por ellos y por ti.” Suenan muy bien, ¿verdad? Son unas palabras cargadas de significado y sentimiento, sí… pero oculto. Tras ellas se esconde el miedo, un miedo irracional y profundamente arraigado. Pues, en verdad, lo que dicen estas palabras es: -“No llores… porque sí te ven llorar, sí lloras, serás débil ante ellos y ante ti misma; sí lloras, mostraras tus debilidades y te harán daño, la gente se aprovecha de las debilidades, bien lo sabes. No llores, Deja de molestar a la gente que te aprecia, deja de preocuparlos con tus memeces, porque si te ven llorar, serán capaces hasta de dejar todo para hacerte sonreír. Sí lloras, sabrán que todavía miras atrás, sabrán que aún estas anclada en el pasado… Sabrán que tu presente se ha convertido en el reflejo de él o, más bien, en sus consecuencias. Sí te ven triste, sabrán que te has dado por vencida, que eres una cobarde inútil, la cual se ha cansado de luchar por su vida…
Sí lloras, pondrás mal a todos los que te quieren ver sonreír, porque sabrán que nada va bien, como te empeñas en seguir aparentando.”
Sí lloro, hasta yo me daré cuenta de esto, y se desmoronará toda esta ilusión que, en su día, decidí crear para que esas personas no se sintieran mal por mí, esta ilusión que las hice creer, y que hasta yo me la creí.

Y, amargamente, recuerdo que el principio de toda esta caótica historia que, se ha convertido en mi vida, empezó por no querer hacer daño a los demás, por no saber decir NO.