Ya no aguanto más, me arde el corazón solo de verte, y se me rompe en mil pedazos al ver como me das la espalda, como si fuera un objeto inútil. Me duele el pensar que de no haber sido por lo ocurrido quizá hoy seríamos, simplemente, amigos. Ahora eso es imposible...
Intento decirlo, hasta gritarlo, pero no puedo, no me salen las palabras...“No es un buen momento", “No es un buen lugar" ... Y nunca lo será, pues el amor que sentía por ti, ya no estará.
Y, es verdad que no podré encontrar a alguien como tú, pues cada uno es como es y no hay nadie exactamente igual, pero si a alguien parecido. Pero eso no pasará, al menos en mucho tiempo, pues soy incapaz de hablar con ningún chico que me guste, aunque sea un poco, desde lo ocurrido contigo.
Me siento como una persona ciega en lo referido a el tema del amor, todavía me queda muchos momentos felices por vivir y otros muchos malos momentos también; pero el primer paso que debo dar es quitarme de encima todo este miedo irracional a que vuelvan a hacerme daño como tantas otras veces en mi vida.
31/05/2015
19/05/2015
La mirada
Aún tengo guardado, en uno de los rincones de mi memoria, el primer día que nuestras miradas se encontraron. Y, me da igual que suene cursi, pues fue uno de los mejores momentos de mi vida.
Recuerdo ese día como si fuera hoy, el instante en que nuestras miradas se encontraron, en aquel acontecimiento, entre tanta gente y tan lejos, nuestros corazones se vieron por primera vez:
Es difícil de explicar...
Cómo poder describir ese momento, esa mirada, ese instante en el que, lo único que parecía que había allí, eran nuestros corazones; el uno frente al otro, contemplándose, como si nunca antes hubieran visto algo tan hermoso... escuchando sus latidos mutuamente...
Recuerdo ese día como si fuera hoy, el instante en que nuestras miradas se encontraron, en aquel acontecimiento, entre tanta gente y tan lejos, nuestros corazones se vieron por primera vez:
Es difícil de explicar...
Cuando nuestros ojos se encontraron, de repente, todo el ruido, toda la gente, todo desapareció y, el tiempo empezó a ralentizarse.
Sólo estábamos el uno frente al otro... Mirándonos como extraños pero sintiéndonos, exactamente, iguales, enamorados.
Cómo poder describir ese momento, esa mirada, ese instante en el que, lo único que parecía que había allí, eran nuestros corazones; el uno frente al otro, contemplándose, como si nunca antes hubieran visto algo tan hermoso... escuchando sus latidos mutuamente...
La sensación de haber encontrado ese “algo", que puede que no buscaras, o que ni lo esperaras, pero que una vez lo has encontrado, es como si te faltara, como sí anhelaras tenerlo a tu lado.
Ese "algo", esa sensación de confort, de estar flotando...
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