Alma errante
que despierta susurrante
al oír el suspiro
de un recuerdo lejano
grabado a fuego
en su memoria...
El quejido de un corazón quebrado.
Corazón herido de muerte, pero latiente,
que mal vive en pos de una búsqueda incesante.
Lo único que ansía este aciago corazón
es encontrar la cura a su mal,
pero erra en su intento, una y otra vez,
busca y busca, y encuentra,
El corazón seguirá luchando por su ardua búsqueda.
Por muy frustrado que se halle,
nunca desistirá en su empeño por sanarse.
Un susurro, un suspiro de un recuerdo lejano,
vacío, casi sin fuerza para ser real,
hace recordar al Alma lo que fue
y lo que pudo haber sido.
Corazón herido de muerte,
pero latiente,
nunca pierde su esperanza,
siempre paciente.