¿Quién quiere al Águila, sus grandes alas cortar?
Todo porque un día la viste volar...
La majestuosidad en su vuelo, su danza solitaria por el cielo... Sin duda, no hay belleza igual.
La envidia y la codicia...
Su deseo te movió, y decidiste, que tan bello ave, sin mandato alguno, tuyo tendría que ser.
Por desgracia, el Águila es difícil de amaestrar. Ni el mejor cetrero ha logrado, por completo, doblegar al ave ejemplar.
Por ello, para que no pudiera escapar, sus alas hiciste cortar. Al ave despojaste de su don, sin sus alas ya no podrá más vuelos alzar.
Ni majestuosidad ni belleza, lo que antaño fue, en sus recuerdos y en los de quién la vieron volar... Como la niebla mañanera que desaparece con el paso del tiempo.
Le quitaste su ser, su identidad y, ahora, sin retorno, y en silencio, en aquella jaula oxidada, solo espera su final.
Envidiabas, anhelabas su libertad...
Y dime si ahora que, una vez el Ave ya no es ave, ¿lograste conseguir tu anhelo?¿valió la pena tu deseo?
La libertad de un ave,
En sus alas está,
Pues con ellas roza el cielo,
Que todos deseamos alcanzar.