Sabía que el día llegaría…
Volver a ver el paisaje, pero con distintos ojos...
Un grito que trataba de esconder, atrapado en mí, retorciéndose tan fuerte... Me devoraba por dentro…
Esos recuerdos, los tengo atrapados en mi cabeza, son espinas bajo mi piel. Como los cuervos que abarrotan, alborotan y destrozan las copas de los árboles... mientras que estos, sólo quieren crecer...
Y, no quiero que se callen ¡No me importa quién los oiga! No me importa que se oigan... Tengo que sacarlos... En mi corazón, el trastero tapiado, estalló. Mi mente es ahora, una locura ruidosa; no me quiero rendir dentro de ella, no voy a perderme en este caos. Tomándolo con calma; constancia, determinación y tiempo; me encuentro a mí misma. Escribiendo, dibujando, paseando... El trastero se va organizando, dejando de ser una catástrofe bulliciosa, poco a poco, ya no temo.
La vida es tan solo un viaje, lleno de paisajes. Caminar sobre brasas, nadar entre tiburones... Una pequeña parte, aunque, cierto es que:
"Nunca sabremos lo alta que es una montaña,
sí no la miramos desde abajo."
Recuerdo cuando pensé en sí hice lo correcto... Hasta que no dejas de luchar, no te paras a observar y, es entonces, cuando el camino aparece ante tus ojos. Ahora estoy segura, lo hice, ella lo hizo.
No dejará de doler hasta que no lo intente…
Todos tienen sus platos sucios…
Sí ella fue fuerte, yo debo serlo, por ella, por mí, por nosotras...
Ya no soy quién fui, ya no estoy perdida...
Ahora sé quién soy, y a dónde voy.