- "Un lugar al que acudir cuando necesites estar solo... El lugar donde tus pensamientos se tornan tranquilos, como las aguas de un río manso, tus recuerdos sean claros como la luna llena de septiembre... Y tus temores desaparezcan arrastrados por la brisa, tan dispersos por el cielo estrellado, que se acaben disipando... Allá donde vayas cuando estés perdido, sea real o ficticio, tu refugio es."

Hace años pinté mi refugio, fue un regalo para alguien muy especial... Ella no pudo disfrutar mucho tiempo de la pintura, aunque sí disfrutar de Atlantia... Siempre que necesito tiempo, siempre que voy a mi refugio, nuestra Atlantia, ella está allí... En lo alto de las escaleras, apoyada en una de las grandes columnas del templo, me mira sonriente y me abre sus brazos... Con un simple vistazo a la pintura, y ya puedo sonreír al mundo...
Bajo las luces gemelas de las dos lunas, las sombras danzan en una armonía mágica. Las aguas cristalinas reflejan su brillo plateado, creando un espectáculo etéreo que calma el alma. Es un lugar donde el tiempo se detiene, y el espíritu encuentra paz.
Al caminar por los senderos de Atlantia, siento la presencia de aquellos que han buscado refugio en este lugar. Susurros de sabiduría flotan en el aire, y cada rincón del templo cuenta un sin fin de historias... amor, esperanza, sueños, renacimiento... En este santuario, me permito ser vulnerable y fuerte, encontrar respuestas y hacer las paces con mi pasado.
Y así, siempre que necesito reconectar conmigo mismo, regreso a Atlantia. Allí, en el templo de Atlantis, bajo la mirada serena de las dos lunas, encuentro el abrazo cálido de mi querida abuela, la tranquilidad en nuestro refugio eterno, y la certeza de que nunca estoy sola.