10/11/2022

Animal salvaje

¿Qué pasa cuándo sacas a un animal salvaje de su jaula, 

Cuando sale de los barrotes que lo aprisionaban y protegían del mundo exterior?


No me acuerdo de cómo se camina entre personas... Sólo quiero correr, perseguir la luna hasta el amanecer y, el sol hasta el ocaso, sin detenerme... Como un caballo salvaje... Como un tigre enrabietado. 

Que mis pies ya no sientan asfalto, tierra, grava o hierva; que mi aliento se una al viento... Que me despoje de mi ropa, de mi piel, de mis tejidos y huesos; que mi corazón pueda por fin ser libre... Estallando en paz, librándose del dolor que tanto lo oprime. Para resurgir, como Ave Fénix.

Siempre quise volar pero, sentía miedo de cruzar el umbral de mi querida y acogedora jaula...

Ahora, con el amanecer de mi valentía, romperé las cadenas invisibles que me atan, alzaré el vuelo como un águila en busca de su horizonte perdido. Dejaré que mis alas se desplieguen, sintiendo el viento acariciar cada pluma, y me elevaré sobre las montañas de la duda y los valles del miedo.

No temeré más a la inmensidad del cielo, ni a los desconocidos senderos del destino. Seré una fuerza indomable, una corriente imparable, y con cada paso, con cada aleteo, me acercaré más a la esencia pura de mi ser.

Desnuda de miedos, vestiré mi alma con la valentía de los antiguos guerreros, y en cada aliento, en cada latido, recordaré que nací para ser libre, para abrazar la vastedad del universo y danzar con las estrellas.

Atlantia, el templo de Atlantis

- "Un lugar al que acudir cuando necesites estar solo... El lugar donde tus pensamientos se tornan tranquilos, como las aguas de un río manso, tus recuerdos sean claros como la luna llena de septiembre... Y tus temores desaparezcan arrastrados por la brisa, tan dispersos por el cielo estrellado, que se acaben disipando... Allá donde vayas cuando estés perdido, sea real o ficticio, tu refugio es."


Hace años pinté mi refugio, fue un regalo para alguien muy especial... Ella no pudo disfrutar mucho tiempo de la pintura, aunque sí disfrutar de Atlantia... Siempre que necesito tiempo, siempre que voy a mi refugio, nuestra Atlantia, ella está allí... En lo alto de las escaleras, apoyada en una de las grandes columnas del templo, me mira sonriente y me abre sus brazos... Con un simple vistazo a la pintura, y ya puedo sonreír al mundo...


Bajo las luces gemelas de las dos lunas, las sombras danzan en una armonía mágica. Las aguas cristalinas reflejan su brillo plateado, creando un espectáculo etéreo que calma el alma. Es un lugar donde el tiempo se detiene, y el espíritu encuentra paz.

Al caminar por los senderos de Atlantia, siento la presencia de aquellos que han buscado  refugio en este lugar. Susurros de sabiduría flotan en el aire, y cada rincón del templo cuenta un sin fin de historias... amor, esperanza, sueños, renacimiento... En este santuario, me permito ser vulnerable y fuerte, encontrar respuestas y hacer las paces con mi pasado.

Y así, siempre que necesito reconectar conmigo mismo, regreso a Atlantia. Allí, en el templo de Atlantis, bajo la mirada serena de las dos lunas, encuentro el abrazo cálido de mi querida abuela, la tranquilidad en nuestro refugio eterno, y la certeza de que nunca estoy sola.